me resisto a no dar con ella
a perderla como quien pierde cualquier cosa
soñé que me acariciaba
que percibía de cerca su olor
que podía sostener su mano y pillarle en mi entrepiernas
para luchar acompañado los últimos 40 minutos de sueño antes de tener que despertar
inevitable
en la mañana salí a buscarla
sólo recordaba su rostro y sus nalgas marcadas contra el pantalón cuando me daba la espalda para atenderme
el color morado de sus zapatillas
y la sonrisa pícara típica de la región y que hasta ese día me había parecido insoportable
acudí dos días al mismo lugar a la misma hora con la esperanza de dar con ella
deseando sin saberlo que ella también estuviese acudiendo a su rutina con la misma urgencia de compartir 30 o 40 palabras matutinas; y 50 - 60 respiraciones turbias en la tarde
nada más
luego quedaría algún número de teléfono almacenado con su imagen de preferencia
y algunas ganas sin fuerzas suficientes para convertirse en valor
o mejor aun, en arrojo
en humor
en algo más las masturbaciones usuales con las que me entretengo en mi timidez recién armada
no sabremos de ella del mismo modo
no la encontraremos con su acento alegro en el café
no le acompañarán sueños tiernos
brazos, senos ni caricias imaginarias
yo permaneceré sólo
cómodamente imaginando ahora
listas de libros para leer
para inventar amores sin sexo
sin cuerpo
conmigo en alguna esquina mirando de lejos a la gente en la estación
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